En varias ocasiones se ha afirmado que en Colombia medio país está vacío. Sin embargo, lo que es una generalidad sin fundamento puede explicar el comportamiento regional de las exportaciones no tradicionales de productos. Cuatro regiones, Antioquia, Bogotá, Valle del Cauca y Cundinamarca concentran el 64.2% de las ventas externas del país. Si a éstas se le suma lo producido por Atlántico, Bolívar y el Norte de Santander, la cifra de exportaciones llega a ser el 84.5% del total nacional.

Por otra parte, si se restringen a las exportaciones de productos legales, los departamentos del Guaviare y Vichada no exportaron un solo dólar, y las ventas al exterior de Caquetá, Vaupés, Guainía, Putumayo y el Amazonas suman la pírrica suma de 155 mil dólares. Si bien es cierto que estas zonas enfrentan los problemas derivados del narcotráfico, también son conocidas sus riquezas naturales lo que debería favorecer el aumento de proyectos productivos dirigidos a los mercados externos.

Diversos países vecinos, como Ecuador y Bolivia, o algunos países centroamericanos han tenido éxito en mercados extranjeros incentivando las ventas de sus productos bajo el tema de comercio justo o de combate a la pobreza. Colombia está en mora de imitar estas prácticas y lograr que la solidaridad manifestada por algunos por nuestra lucha contra el narcotráfico derive en oportunidades productivas para las regiones más apartadas del país.